miércoles, 9 de septiembre de 2009

EL Grafitti : de la caverna a las ciudades

Grafitti de la caverna a las ciudades






El graffiti: de las cavernas a la ciudad.
Graffiti fue el nombre que los antropólogos les dieron a los dibujos y a las inscripciones descubiertos en los muros antiguos, habitualmente referidos a la vida cotidiana. Este término, “tiene sus orígenes en la palabra griega graphein que significa escribir. Los romanos la utilizaron y modificaron a graffito. El término graffiti es la pluralización”[1]. Sin embargo, los orígenes del graffiti son más antiguos pues se remontan a civilizaciones con mayor solera que, como los macedonios, los griegos, los antiguos egipcios con sus indescifrables jeroglíficos, e incluso los hombres de las cavernas con sus celebradas y tan visitadas pinturas rupestres, utilizaban las paredes de tumbas, viviendas y edificios en general para satisfacer a conciencia uno de los más ancestrales instintos del hombre: el de comunicarse[2].
Así, pues, las huellas de las formas más antiguas de escritura se encuentran en las paredes de cavernas, y nos han permitido conocer y reconocer las actividades de las primeras civilizaciones. Y en todos los momentos del desarrollo histórico de los humanos, las frases y los símbolos en las paredes se constituyen en una actividad común. Ha sido, en consecuencia, y según palabras de Julio Escamilla, “un intento mínimo de mostrar a los demás una existencia concreta”[3]. De ese modo, el graffiti es el mecanismo de manifestación de muchas personas. De hecho, y tratándose de graffitis con contenido político, en ocasiones puede ser único modo de expresión contestataria frente a la clase dominante. Nadie puede desconocer que, para bien o para mal, la lectura de los graffitis impacta en los receptores.
El siglo XX representó el momento de auge del graffiti. Para el escritor Óscar Collazos los movimientos sociales y políticos de la última centuria fueron “los causantes de la masificación del graffiti…los muros tomaron la palabra”[4]. El graffiti fue el medio de expresión de los jóvenes en el movimiento hippie y en los movimientos sociales y estudiantiles en la Europa de los sesenta. También tuvo gran esplendor en Nueva York y en América Latina en los setenta y en los ochenta cuando los vientos revolucionarios soplaron por estos lados y cuando arreciaron las protestas contra las dictaduras que proliferaron en la región durante los setenta y parte de los ochenta.
El graffiti se opone a una tradición que ha considerado la pared como un espacio inmaculado. “La pared y la muralla son el papel del canalla”, reza el viejo adagio, como una manera de indicar que esos espacios debían respetarse. Así, el graffiti, se convierte –para la tradición- en un discurso azaroso, de baja calidad, propia de hampones, vagos, “terroristas” o anarquistas. La visión que se ha tenido, entonces, es más negativa que positiva.
Sin embargo, son muchos quienes asumen el papel del canalla, porque no tienen otra manera de hacerse escuchar. Y aprovechan cualquier situación –una huelga, una marcha, una noche oscura- para dejar en la pared un mensaje.
En la actualidad, y sin el menoscabo de que se produzca en otros lugares, la ciudad se ha constituido en el espacio de difusión del graffiti. De hecho, son numerosos los trabajos que abordan el análisis de los mensajes de esta clase de texto en relación con la ciudad. Entre estos trabajos, tenemos los de Fernando Arias (Los graffiti, juego y subversión, de 1977); de Fernando Figueroa Saavedra y Felipe Gálvez Aparicio (Historia del graffiti madrileño: 1982 – 1995, de 2002); de Federico Gan Bustos (La libertad en el W.C.: para una sociología del graffiti, de 1978); de Joan Navalls y otros (Graffiti político y laboral, de 1979); y de Pedro Sampere (Los muros del post- franquismo, de 1977).
Pero los trabajos más cercanos por las afinidades temáticas, temporales y espaciales con nuestro trabajo, son los de Jorge Jiménez (Ciudad en graffitis, de 1997), de Armando Silva Téllez (Una ciudad imaginada: graffiti y expresión urbana, de 1986; y La ciudad como comunicación, de 1987); el de Cristina Pauli (Graffiti: los jóvenes se adueñan de las diagonales, de 2002); el de Iván Abreu Sojo (El graffiti en la V República. Estudio de graffiti sobre asuntos públicos, de 2002); de Joan Garí (La conversación del mural. Ensayo para una lectura del graffiti, de 1995);
Hay que aclarar que no toda inscripción aparecida en las paredes puede asumirse como graffiti. Para que pueda considerarse como tal se debe reconocer como producto de un contexto socio – histórico determinado. En ese sentido, asumimos el concepto de Armando Silva Téllez para quien:
La inscripción urbana que llamamos graffiti corresponde a un mensaje o conjunto de mensajes filtrados por la marginalidad, el anonimato y la espontaneidad y que en el expresar aquello que comunican violan una prohibición para el respectivo territorio social dentro del cual se manifiestan[5]
Ese graffiti, surgido en condiciones marginales, anónimas, espontáneas, marcada negativamente por la sociedad, prohibida y penalizada, permite suponer que los discursos inscritos en él incomoden a quien ostenta el poder. Y responda a ciertas características que Silva Téllez denominó sistema de valencias e imperativos. Este sistema, al poner en funcionamiento de manera dialéctica e interactiva una serie de discursos, nos daría una definición de aquel conjunto de mensajes urbanos que de manera empírica y bajo un reiterado sentido común de asociar e identificar al muro, se acostumbra a denominar graffiti[6]
Silva Téllez reconoce siete valencias e imperativos que permiten caracterizar el graffiti: marginalidad, anonimato, espontaneidad, escenicidad, velocidad, facilidad y fugacidad. Además, Silva clasifica estos imperativos y valencias en tres subniveles: uno preoperativo, que incluye las valencias básicas o tutelares: la marginalidad, el anonimato y la espontaneidad. Otro, operativo que engloba la escenicidad, la facilidad y la velocidad; y un último subnivel operativo en el que funciona como único componente la fugacidad[7].
Cuando miramos las características señaladas por Silva Téllez, se implica que el graffiti actúa por fuera de los escenarios socialmente aceptados. Y mucho más cuando se trata de graffitis con contenido político. En una sociedad como la nuestra la inscripción de graffitis en las paredes, se asume con un acto subversivo, que merece incluso la censura del periodismo[8]. Pero al mismo tiempo, los mismos medios de comunicación, en su gran mayoría, restringen la publicación de expresiones contestatarias contra el poder.
Sin embargo, esas voces se niegan a callarse y buscan medios en los cuales expresar su contradiscurso social. Y uno de los medios utilizados para difundir esa función estratégica es el graffiti.
[1] HUNNAPUH – COMENTARIOS. La (breve) historia del graffiti parte I. En: hunnapuh.blogcinda-
rio.com/2006/02/00464-la-breve-historia-del-graffiti-parte-i.html
[2] FOROS DE CONOCIMIENTO WEB. Historia del graffiti. En: www.emagister.com/historia-del-graffiti-cursos-2268870.htm
[3] ESCAMILLA, Julio. El graffiti: su proceso de producción e interpretación. En: ________. Fundamentos semiolingüísticos de la actividad discursiva. Barranquilla: Universidad del Atlántico, 1998. P. 79
[4] COLLAZOS, Óscar. Graffiti: un diálogo democrático. En: El Heraldo. Revista Dominical. Barranquilla: 20 de abril de 1986.
[5] SILVA TÉLLEZ, Armando. La ciudad como comunicación. En: Diálogos. Revista Académica de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS). www.felafacs. org/files/silvatellez.pdf/ pág. 3
[6] ibid. pág 2
[7] Ibid. p. 1 y 2.
[8] Vale recordar que con posterioridad a una marcha contra el TLC, en el año 2005, en Cartagena, el periodista Aníbal Theran Thon, publicó un artículo el diario El Universal titulado “Lo que dejó el TLC”, en donde censura y descalifica a los estudiantes de la Universidad de Cartagena, por pintar graffitis a lo largo de la Avenida Pedro de Heredia:

1 comentario:

  1. Nojoda Lays Esa Welta ta Larga pero Bien Por Fin Apremndio a Usar el Compu Awelita,,, No Mentix xDDD!! Too bn Le quedo bakno el Blogg

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